La salud mental se ha convertido en uno de los temas más urgentes de nuestra época. Como psicóloga con perspectiva de género en Zaragoza, acompañando a mujeres en procesos de malestar emocional, he visto cómo las desigualdades estructurales, las cargas invisibles y la falta de espacios seguros siguen marcando profundamente la forma en que las mujeres se relacionan consigo mismas, con sus vínculos y con su deseo.
Hoy, más que nunca, necesitamos abordar la salud mental desde un lugar que no se limite a lo individual, sino que comprenda lo social, lo cultural y lo simbólico. Eso es precisamente lo que ofrece la perspectiva de género: una forma de entender el malestar que no culpabiliza, sino que contextualiza.
El peso de ser “mujer” hoy: herencias, mandatos y malquerencias
Mariela Michelena, en Mujeres malqueridas, describe con precisión cómo tantas mujeres viven atrapadas en relaciones que confunden amor con sacrificio. Su frase “las mujeres amamos más, y peor” no señala una falla femenina, sino un modo aprendido de vinculación basado en la entrega total, la complacencia y el miedo a perder.
En consulta, estas dinámicas aparecen una y otra vez:
- mujeres que sostienen vínculos que las dañan,
- mujeres que se sienten responsables del bienestar emocional del otro,
- mujeres que creen que pedir es demasiado,
- mujeres que identifican su valor con la mirada ajena.
Este patrón no nace en el vacío. Es histórico. Es estructural.
La mini-serie Querer, de Alauda Ruiz de Azúa, lo representa con una crudeza luminosa: cómo el deseo femenino ha sido moldeado por el deber, por el “ser para otros”, por una manera de amar que exige desaparecer un poco cada día. Y cómo, al romper esos moldes, aparece primero la culpa, y sólo después la autonomía.
Cuando la salud mental es política (porque lo personal lo fue siempre)
En episodios recientes del podcast Saldremos Mejores, se repite una idea fundamental: el malestar emocional no puede entenderse sin mirar el sistema que lo produce.
No es casualidad que tantas mujeres lleguen agotadas, ansiosas, sintiendo que no llegan a todo o que no son suficientes. La “superwoman” no es una identidad: es una trampa.
La presión por sostenerlo todo, por ser madre perfecta, profesional impecable, pareja estable y emocionalmente disponible… es insostenible. Y eso no es un fracaso personal, sino un síntoma colectivo.
El aporte del psicoanálisis: lo femenino como lugar de enigma, no de falta
Desde la perspectiva lacaniana, “lo femenino” no se define por la biología, sino por una posición subjetiva abierta al deseo, al no-todo, a lo que escapa a la norma.
Lacan decía: "La mujer no existe". No como negación de las mujeres, sino como crítica a la idea de un modelo único y cerrado de lo femenino.
Este planteamiento es esencial en terapia con perspectiva de género:
- No existe un modo correcto de ser mujer.
- No existe un único deseo femenino.
- No existe un ideal de amor que tengamos que cumplir.
El sufrimiento aparece, precisamente, cuando intentamos encajar en un molde imposible.
Cómo acompañar la salud mental de las mujeres desde la consulta
Como psicóloga en Zaragoza con perspectiva de género, mi trabajo se centra en:
1. Nombrar lo invisible
Ayudar a identificar cargas emocionales, mandatos, patrones heredados y dinámicas que se viven como personales pero que son estructurales.
2. Recuperar el deseo propio
Preguntas simples pero radicales:
¿Qué quieres tú?,
¿Qué espacio ocupa tu deseo en tu vida?
¿Qué sería vivir no desde el deber, sino desde lo que te hace bien?
3. Romper con la culpa
La culpa es la guardiana del patriarcado. Liberarse de ella es un proceso profundo y transformador.
4. Construir autonomía emocional
Entender que amar no es desaparecer. Que el vínculo sano no exige sacrificio constante. Que la relación más importante es la que construyes contigo.
Salud mental en la actualidad: un cambio necesario, urgente y posible
Estamos en un momento en el que las mujeres empiezan a cuestionar los mandatos que las atraviesan. Esto no sólo es un avance social: es un avance emocional.
Porque cuando una mujer se escucha a sí misma, se elige, se nombra, se cuida… está haciendo un acto político y profundamente sanador.
Si buscas una psicóloga en Zaragoza que trabaje desde una mirada feminista, respetuosa y centrada en tu historia, estoy aquí para acompañarte.
La salud mental es un camino, y no tienes por qué recorrerlo sola.
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