“Lacan lo había advertido: la principal enfermedad de la humanidad no es la depresión, sino la cobardía. Y la cobardía, en términos psicoanalíticos, es la renuncia del sujeto a su propio deseo, la dimisión frente a la posibilidad de una existencia que no esté determinada por la repetición de lo mismo. No se trata de una cobardía psicológica, sino estructural: el sujeto neoliberal no solo ha sido capturado por dispositivos de goce que le impiden interrogar su propio deseo, sino que ha internalizado una forma de sometimiento que lo lleva a justificar su propia servidumbre.
Por eso, el psicoanálisis debe resistir a la tentación de ser una mera técnica de bienestar. Su propósito no es hacer del analizante un individuo adaptado, funcional al orden existente. Un análisis no tiene sentido si no permite al sujeto aprender a vivir con su propio sufrimiento, transformándolo en la materia de algo más”.
Jorge Alemán. La cobardía como enfermedad política. (Ultraderechas)
La lucidez de este fragmento del filósofo y psicoanalista Jorge Alemán, revela algo incómodo: no buscamos tanto la felicidad como la garantía de no cambiar. Preferimos la repetición porque nos protege de lo que podría abrirse si escucháramos de verdad nuestro deseo. Y, sin embargo, es en ese vértigo —en ese punto donde se tambalea lo que creíamos ser— donde empieza la posibilidad de una vida propia.
El sufrimiento, lejos de ser un síntoma a silenciar, puede convertirse en la materia prima de una transformación. No para adaptarnos mejor, sino para vivir con mayor verdad.
Un espacio de terapia en Zaragoza
En mi consulta como psicóloga en Zaragoza, trabajo precisamente desde esta perspectiva: un espacio donde puedas escuchar tu deseo, cuestionar lo que repites sin saber por qué y abrir un camino menos sometido a lo que “debe ser”.
No busco proporcionar bienestar inmediato, sino acompañarte a habitar tu experiencia, incluso la más incómoda, para que pueda convertirse en algo distinto, más propio.
Si sientes que es momento de interrogar lo que en ti insiste, aquí tienes un lugar para hacerlo.
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